El uso del plástico en la agricultura y sus consecuencias en el medio ambiente.
Futurcrop - 08-11-2018
La agricultura lleva más de 30 años recurriendo al plástico para incrementar su producción, ofrecer a los mercados productos fuera de temporada y ejercer un mayor control sobre los recursos. La tecnología del plástico en la agricultura ha permitido crear las condiciones idóneas para que el desarrollo del cultivo sea óptimo, protegiéndolo de las inclemencias del tiempo, aprovechando mejor el uso del agua de regadío, conservando la humedad, etc. Los usos del plástico en la agricultura son múltiples, la construcción de invernaderos, túneles de plástico, la utilización de cubiertas para mantillo, el revestimiento de obras de regadío, como canales y depósitos, la utilización bolsas para los cultivos hidropónicos, y un largo etcétera.
La agricultura española es el quinto sector consumidor de plásticos en España.
Los beneficios del plástico en agricultura le ha permitido realizar grandes avances. Se trata de un material altamente contaminante porque se degrada muy lentamente, o nada, pero es un material que se puede reusar. Es cierto que no siempre es posible su reutilización en agricultura. Por ejemplo el plástico utilizado como “mulch” no siempre puede ser reutilizado debido a que se rompe fácilmente por la radiación ultravioleta y a la temperatura. Pero si no se puede reusar, sí que se puede reciclar para darle otros usos. E incluso si el reciclado no es viable, los plásticos se pueden convertir en energía.
A pesar de ello, gran parte del plástico utilizado en agricultura termina en basureros, quemado o abandonados en el medio ambiente, donde tienen un gran impacto ambiental.
Ese plástico sin reusar ni reciclar, que se deshecha en el suelo o en los ríos, acaba finalmente en el mar, en una cantidad muy difícil de determinar.
Desde los años 1950 se han producido unas 8.300 millones de toneladas de plástico para todo tipo de usos, que han generado unos 6.300 millones de residuos, de los cuales se calculó en el año 2017 que sólo un 9% habían sido reciclados. Para determinar la magnitud del problema podemos considerar que si el índice de plástico reciclado es tan bajo y la producción mundial de plástico ha pasado de 2,1 millones de toneladas en los años 150 a los 407 millones en el año 2015, el plástico sin reciclar que acaba en el mar ha crecido exponencialmente. Y está sucediendo un fenómeno peculiar: los residuos de plástico acumulado en el mar se deshace en fragmentos mínimos, microplásticos, que ya se detectan en los análisis de las aguas y en algunos organismos.
¿Dónde está el origen del problema si sabemos cómo reciclar, rehusar o destruir la basura y los materiales que desechamos? Estamos perjudicando innecesariamente el medio ambiente. En el fondo es un problema de concienciación, de egoísmo o de avaricia. Y para luchar contra esas actitudes, únicamente hace falta que trabajen las instituciones e implementen los mecanismos necesarios para que esas prácticas no sucedan impunemente.
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