El cambio climático incrementará los problemas de las plagas en los cultivos
Futurcrop - 22-02-2017
Las temperaturas crecientes y las concentraciones elevadas de dióxido de carbono asociadas con el cambio climático, tendrán un impacto sustancial sobre las interacciones entre las plantas y las plagas, sobre los programas de manejo integrado de plagas (MIP) y sobre los movimientos de especies de plagas. Se espera un incremento sustancial de los brotes de plagas, debido a su rápido desarrollo en respuesta al aumento de las temperaturas. Todos estos cambios inducidos por el clima, presentan desafíos para los programas agrícolas sostenibles, basados en el manejo integrado de plagas (MIP). Si la producción de alimentos a nivel mundial tiene que mantener el ritmo de crecimiento de la demanda, necesitamos nuevas maneras de producir, una adecuación de los programas en el MIP y la mejora de los tiempos de respuesta a los nuevos brotes de plagas.
El aumento de las temperaturas
Las temperaturas en la mayoría de las regiones del mundo están aumentando, y ya hay indicios de que las plagas y las plantas están respondiendo a los cambios. Estas temperaturas no son sólo el resultado de los días más calurosos de verano, sino también de menos días fríos y menos heladas. Esto puede favorecer el crecimiento de hongos y plagas, alterando la interacción del triángulo de la enfermedad (hospedero - patógeno – ambiente), y por tanto reducciones en la producción de los cultivos.
A raíz de estos cambios se presentan algunos desafíos que se deben planificar:
1. La expansión de las plagas (en general las plagas se están desplazando hacia el norte.
2. La aparición de plagas en lugares muy distante a los de origen.
3. Cambios en los ecosistemas que permitirán que algunas plagas puedan alcanzar nuevos y dramáticos niveles de población, mientras que otras especies estarán en extinción.
Expansión de las plagas
En el hemisferio norte ya se está detectando la migración, desde el sur, de poblaciones de plagas. Una de las razones para tales expansiones es un cambio en los patrones de las heladas. A medida que aumentan las temperaturas, baja la frecuencia de heladas y aumentan los períodos libres de las mismas, que dan como resultado un aumento de la duración e intensidad de las plagas. El incremento de las temperaturas propiciará que los productores puedan anticipar la plantación de sus cultivos. Estas plantas, al estar disponibles para las plagas que los infestan, permitirán que las poblaciones de plagas crezcan de forma aún más rápida, al añadir generaciones adicionales durante el período de crecimiento. Esto significa que muchas plagas sufrirán aumentos importantes de población al final de la temporada correspondiente.
Nuevas plagas
Nuevas especies de plagas llegan con frecuencia de un país a otro, debido principalmente al rápido movimiento de personas y mercancías. Sin embargo, las temperaturas cada vez más cálidas, significa que las plagas que antes no podían sobrevivir ahora pueden prosperar en su nuevo entorno.
Cambios en los ecosistemas
Las temperaturas más cálidas beneficiarán algunas especies de plagas por encima de otras. Esto podría llevar a que se eliminaran otras poblaciones de insectos, como podría ser la de algún parásito, que podría conducir a un aumento de los daños causados por algunas especies (como los de algunos tipos de orugas) que probablemente redundaría en un aumento de las aplicaciones de pesticidas.
Preparación para el cambio climático
La modificación de las prácticas de MIP
El manejo integrado de plagas (MIP), es la estrategia más ampliamente utilizada para el control de plagas. Este enfoque integra generalmente controles biológicos (depredadores, parásitos y patógenos), controles químicos (pesticidas) y controles culturales (tales como variedades de cultivos resistentes y los tiempos de siembra), para reducir las plagas por debajo del umbral de población que causarán pérdidas económicas. La mayoría de los investigadores y productores tratan de diseñar programas de MIP que maximicen los retornos económicos y de sostenibilidad, al tiempo que minimizan los posibles impactos ambientales. Esta estrategia se basa en un amplio conocimiento de cuántas insectos pueden tolerarse antes de que se produzcan pérdidas de rendimiento. Ya actualmente, debido a que el desarrollo del insecto es más rápido a temperaturas más altas, las poblaciones se desarrollan más rápidamente y, por tanto, los daños a los cultivos ocurren antes de lo esperado, obligando adecuar los umbrales de tratamiento basados en insectos por planta.
Los programas de MIP que se basan en modelos de grados-día pueden ser la solución para poder anticipar los eventos de las plagas, y sólo necesitar una mínima modificación en los tratamientos para dar respuesta a estos cambios de patrones. Hay Informes que detallan que incluso los relativamente modestos aumentos de temperatura que se han producido hasta la fecha, pueden reducir la eficacia de los agentes patógenos. En algunos casos, el aumento de las temperaturas pueden reducir en gran medida la supresión de plagas proporcionada por parásitos. Estas diferencias entre las tolerancias térmicas del anfitrión y parasitoides pueden conducir a la separación temporal o geográfica, dando lugar a la aparición de brotes de plagas. Por ejemplo, la mosca Drosophila Simulans, es un huésped adecuado para la avispa Leptopilina heterotoma a temperaturas entre 18 ° C y 22 ° C, pero se convierte en un pobre anfitrión a 26 ° C.
Además, el aumento de las temperaturas favorecerá a las plagas con ciclos reproductivos cortos y múltiples generaciones anuales. Debido al aumento de la tasa de desarrollo a temperaturas más altas, estas especies podrían añadir aún más generaciones y así podrían alcanzar potencialmente un número mucho mayor al final de la temporada. El efecto máximo, se puede esperar en aquellas regiones donde las temperaturas crecientes eliminen por completo las heladas, lo que permite a este tipo de plagas que se reproduzcan durante todo el año. Esto permitirá una variedad de nuevas plagas tropicales y subtropicales que se expandirán en estas áreas. Los efectos de estos cambios en la diversidad de los ecosistemas naturales y agrícolas probablemente serán profundos.
Acciones concretas de gestión para el control de plagas y enfermedades bajo condiciones de cambio climático
Las acciones de gestión para el control de plagas y enfermedades que detallamos a continuación, adquieren bajo las condiciones de cambio climático una importancia relevante.
- Monitoreo y supervisión constante de la presencia de plagas e incidencia de enfermedades.
- Identificar los ciclos de vida de plagas y enfermedades, para realizar aplicaciones fitosanitarias, con el objetivo de romper estos ciclos de vida.
- Realizar un manejo integrado que permita conservar o mantener las poblaciones de insectos beneficiosos.
- Como prácticas de manejo frente a lluvias intensas, realizar canales de drenaje y control de malezas para evitar incremento en la humedad relativa del cultivo.
- El policultivo o agro biodiversidad dentro de un lote permite que se presenten insectos u hongos beneficiosos que reducen la población de plagas
- Manejar una adecuada densidad de siembra, lo cual favorece condiciones de microclima en el cultivo
- Manejo de malas hierbas, para reducir plantas hospederas de plagas y patógenos.
- La implementación de barreras vivas o cercas vivas, que limita la entrada o dispersión de nuevas plagas al cultivo.
Las acciones de monitoreo y supervisión, o la identificación de los ciclos de vida, a la hora de proceder o no al tratamiento fitosanitario correspondiente, serán tareas cada vez más complicadas y que requieren de una herramienta de ayuda. FuturCrop es una herramienta que ha sido diseñada para afrontar con mayores garantías los desafíos expuestos, por el aumento de las temperaturas inducidos por el cambio climático. El desarrollo de nuevas plagas, el cambio de ciclos de desarrollo o la aparición de múltiples generaciones, son obstáculos a los que FuturCrop podrá ayudar de forma determinante.
FuturCrop mejora el monitoreo de plagas y la eficacia de sus tratamientos.
¿Y si se sumara el coste de los recursos medioambientales a los costes de producción agrícola?